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Introducción

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Los caminos más insólitos que el ser humano ha recorrido y las múltiples herramientas de las que se ha valido para hallar los motores estructurales de su accionar y de su diferenciación, tienen en la Astrología un ilimitado campo de acción, ya que su metodología, sustentada en los elementos constitutivos: Fuego, Tierra, Aire y Agua; esbozan los pormenores de las tipologías e inclinaciones en todos los ámbitos. Su valoración ha sido decisiva para el acceso a cuatro cauces de apreciación que son congruentes con los humores: melancólico, bilioso, flemático y sanguíneo que hizo parte de culturas que dejaron grandes huellas para la posteridad y que evidencian griegos y egipcios en particular, lo que hace entrever que desde tiempos remotos se apreció la presencia de un paralelismo entre los procesos psicológicos y fisiológicos, lo que con los años condujo al surgimiento de diversas áreas del conocimiento entre las cuales están la fisiología que en aquel entonces se concibió como un cúmulo de teorías que planteaba la existencia de una sincronía manifiesta entre la dinámica misma de la vida y los movimientos del cosmos.